YAN-GANT-Y-TAN, LA MANO DE LA GLORIA

Ilustración de Yan-Gant-Y-Tan hecha por Le Breton para el "Diccionario Infernal" de Collin de Plancy.

El "Diccionario Infernal" de Collin de Plancy es breve al definir la identidad de Yan-Gan-Y-Tan, un legendario y siniestro espíritu del folclore francés, específicamente de las tradiciones bretonas del siglo XIX: "Especie de demonio que por la noche lleva una candela en cada dedo de la mano, y las vuelve con la rapidez de un rayo: es superstición de los habitantes de la Finisterre". La creencia en esta entidad pasó también desde Francia a Inglaterra, y se supone que su nombre sería traducible como Wanderer in the Night (Vagabundo en la Noche). Etimológica y fonéticamente, sin embargo, está relacionado también con la frase Yann gant an tan, que se traduce desde el bretón como Juan con el Fuego.

Yan-Gant-Y-Tan es descrito como un ser con características de diablo, ogro, bestia peluda, gigante o troll de bosque, siendo su mano con cinco velas o flamas lo que más distintivo se hace en él. A veces se lo divisa entre la oscuridad agitando su extremidad con las velas o formando círculos en el aire con ella, en algunas versiones con inusitada velocidad pero, en otras, lentamente a causa de su necesidad de cuidar que estas no se apaguen. Aunque se trata de un espíritu maligno, ocasionalmente tiene gestos de benevolencia y obsequia sus velas a los viajeros extraviados o a quienes marchan en andas sin luz propia por los senderos solitarios.

Como en el caso de los fenómenos de ignis fatuus (fuegos fatuos), fuegos de San Telmo, will o'the wisp o centellas, alguna clase de manifestación lumínica asombrosa pero natural podría estar relacionada con los avistamientos de Yan-Gan-Y-Tan que se se reportaron por aquellos años entre colinas y caminos nocturnos. Sin embargo, las apariciones del demonio con su mano luminosa, en general, solía anticipar también calamidades o tragedias, por lo que el encuentro era considerado algo de mal augurio. Para evitar esta mala fortuna anunciada con su presencia, se debía dejar discretamente oro o joyas de este material para él. También se puede evitar que invada los hogares con esta misma ofrenda.

Grabados ilustrando el amuleto la Mano de la Gloria en el grimorio francés "Petit Albert", de inicios del siglo XVIII.

Algo más sobre el intrigante Yan-Gant-Y-Yan dice el Vizconde de Arlincourt, Charles-Victor Prévost, en su novela histórica titulada "Los rebeldes en tiempo de Carlos V", de acuerdo a la traducción de 1851 hecha en Madrid:

Todo permanecía en silencio, cuando de improviso cunde una voz por la vecina aldea de que el gigante bretón Yan-gant-y-tan, acababa de tomar posesión del castillo, guareciéndose en él con una lavandera de noche. Este gigante temible, se le apareció en una ocasión a cierta beata de Chalons que, habiendo facilitado el parto de una ruda campesina con moscas estrujadas, se volvía a su casa: holló sus plantas la yerba que extravía, y a su despecho atravesó por junto al misterioso edificio. Según la beata Yan-gant-y-tan llevaba colocadas cinco luces en los cinco dedos de la mano derecha, moviéndolas con la mayor rapidez.

Es casi seguro que el mito de Yan-Gant-Y-Tan guarda alguna relación con un antiguo amuleto o talismán europeo llamado Mano de la Gloria o Mano Gloriosa: una macabra mano seca, cortada a un ejecutado en la horca y a la que se ponían velas en sus dedos como si fuese un candelabro, mejor aún si estas eran fabricadas con sebo del propio muerto. La más famosa de ellas está en un museo de Whitby, Inglaterra, y aparece en un capítulo de la clásica serie televisiva "Ripley, aunque Ud. no lo crea". Se suponía que las Manos de Gloria eran usadas en el siglo XVIII (o antes) pretendiendo paralizar enemigos, abrir puertas prohibidas, encontrar tesoros escondidos y causar males a distancia como el delirio. Llegaron a ser populares en algún momento y hasta se profanaban tumbas para conseguir estas extremidades, fueran o no de ejecutados como exigía el protocolo original.

El nombre en inglés del amuleto, hand of glory, provendría del francés main de gloire, surgido a su vez de una corrupción de mandrágore, para referirse a la planta favorita de muchos brujos y utilizada ampliamente para fines mágicos, medicinales y alucinógenos: la mandrágora (Mandragora officinarum y Mandragora autumnalis). Debe recordarse, además, que los alquimistas y cabalistas de la Edad Media aseguraban que esta crecía debajo de los ahorcados a causa de la eyaculación natural que ellos producían al momento de convulsionar y morir, siendo absorbida por la tierra y engendrando así a la planta. Con eso se explicaba también la forma de casi humana o de homúnculo de sus raíces.

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