QUETRONAMÚN, UN ANUNCIADOR DE DESGRACIAS

Quetronamún, Quetronamín o Quechronamún o Quetronamun es un espíritu siniestro de la mitología mapuche, correspondiente a un enano monstruoso que causa pavor entre las tradiciones araucanas en el sur de Chile. La incorporación de elementos y conceptos de la fe popular ha hecho que el extraño engendro sea asociado también con procedencias del inframundo y con entidades infernales consultadas por los hechiceros o brujos calcus. De hecho, como no es mencionado ni descrito en el recuento de espíritus hecho por Tomás Guevara en su "Psicología del Pueblo Araucano" de 1906, puede sospecharse que sea una adopción posterior o una interpretación inducida por la asimilación cristiana.

Las principales versiones sobre el aspecto de Quetronamún señalan que sería algo parecido a un duende o bien un enano con cabeza de pato o de ave parecida. Esto explica su nombre, además, compuesto por las palabras quetro y namun, que significan pato y pierna respectivamente. La característica más reconocible de su anatomía, sin embargo, es que se trata de una figura con cuerpo medianamente parecido al humano pero solípedo o monópata: es decir, se trata de un enano de una sola pierna, parecido a los seres de la raza conocida como monocoli de la mitología griega y que aparecen ilustrados en documentos como la "Crónica de Nuremberg" de 1493.

Versiones posteriores a aquella que dejó registrada Ricardo E. Latchan en "La historia natural en los mitos araucanos", sin embargo, fueron alterando la descripción original del personaje y relacionándola con otras más propias de gnomos o demonios europeos, así como vinculándola a las tradiciones del "Diablo cojuelo". Evelio Echevarría, por ejemplo, lo relaciona en sus "Leyendas de los Andes de Chile" con un diablillo habitante del volcán Quetrupillán (o Mocho) que sólo posee una de sus piernas y que exige ofrendas de alto valor, como sacrificios de jóvenes quienes se ofrecían voluntariamente para esto, por lo que eran considerados héroes entre los suyos.

A pesar de las variaciones que se hacen de su presunto aspecto, Quetronamún ha seguido siendo descrito como un duende o ser de estatura más bien baja que camina a saltos sobre su único pie. Se agrega en casi todos los casos que su aparición suele anticipar desgracias, muertes y tragedias en general, por lo que encontrarse con él accidentalmente en los bosques sureños o en senderos entre las montañas es una experiencia aterradora y angustiante. Echevarría agrega que, según los testimonios, la criatura aparece saltando, corriendo a brincos o dándose vueltas de carnero muy alegre cuando se aproxima un terremoto o una erupción volcánica, cataclismos que son motivo de celebración para él.

No todo es infortunio alrededor de aquel espíritu oscuro, sin embargo, pues a veces tiene momentos de generosidad o bien complace a los magos que lograron invocarlo. De este modo, cuando se vean las huellas de su horrible pie dentro de una habitación o cerca de ella, puede ser señal de posible buena fortuna en camino. La forma de saber si la pisada es suya, además de que siempre se trata de un mismo pie en línea, es por su parecido a la huella que dejaría un niño, pero con tres dedos muy abiertos según indica Latchan. Else María Waag agrega a esto en "Tres entidades 'wekufü' en la cultura mapuche" que, si se siguen sus huellas en el suelo, se puede llegar hasta un lugar con un entierro secreto de platería.

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