XAPHAN, EL ENCARGADO DEL FUEGO INFERNAL
Cuando tuvo lugar la rebelión de los ángeles luciferinos contra Jehová, un espíritu celeste particularmente fiel al jefe supremo de aquellos se unió y fue recibido en la categoría de líder. Algunos lo definen incluso como uno de los instigadores e iniciadores de aquel golpe. De acuerdo a la tradición demonológica, entonces, este inteligentísimo e inventivo ángel rebelde propuso a las fuerzas alzadas, en medio de la guerra, que prendieran fuego a todo el Cielo, con lo que dejó claro su propósito de vencer o arrasarlo todo como máxima. Lamentablemente para él y sus aliados, su bando acabaría siendo derrotado por los ángeles leales al trono antes de llegar a iniciar tal destrucción incendiaria.
Se trata de Xaphan, Xafan o Za-Phan, quien aparece mencionado y descrito en el "Diccionario Infernal" de Collin de Plancy, edición de 1863, y más modernamente en textos como "Los verdaderos ángeles" de Gerardo Villalobos Aguilar. Este último lo define como un Gris Oscuro "muy astuto, más que otros e incluso mucho más listo que el mismo Satanás". Se informa en varias fuentes más que, por aquella osadía blasfema de intentar quemar el Cielo, fue uno de los primeros ángeles caídos; es decir, de los arrojados al abismo infernal como castigo, cuando fue aplastada la rebelión.
Condenado a los infiernos, Xaphan se convirtió en un
demonio de segundo rango. Aunque su orden jerárquica sea baja y no determinante como cuando era ángel, su importancia y simbolismo es tremendo para
el Reino de los Infiernos: desde su llegada misma allí está encargado
de alimentar y mantener el fuego vivo en los hornos del inframundo, tarea que
realiza con el soplido de su boca y un fuelle, tal como lo
muestra su retrato en el libro de Plancy, elaborado por el artista Le Breton. Es
el fogonero responsable de mantener las llamas infernales, en consecuencia, siendo aquel
fuelle antiguo de chimenea su emblema y objeto fetiche.
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