PITONIO, EL ADIVINADOR ÍNCUBO

Hay varios espíritus infernales y demonios con talentos de adivinación y de transformarse en otras personas, pero parece que Pitonio, Pythonio o Pitón se puede jactar del dominio de ambos talentos sobrenaturales. La tradición informa que ha sido el encargado de misiones en donde se le requiera para lo mismo, solicitadas por la vía de los pactos y "contratos" diabólicos de los mortales. No es muy conocido en la tradición general, pero diríamos que pertenece a una categoría de malignos que incluso es mencionada de manera general en la sagradas escrituras, particularmente en Hechos 16: 16-18:

Un día, cuando nos dirigíamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava poseída por un espíritu de adivinación. Las predicciones que hacía reportaban cuantiosas ganancias a sus amos. La joven comenzó a seguirnos, a Pablo y a nosotros, gritando:

-¡Estos hombres sirven al Dios Altísimo y os anuncian el camino de salvación!

Hizo esto durante muchos días, hasta que Pablo, ya harto, se enfrentó con el espíritu y le dijo:

-¡En nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella!

Decir esto y abandonarla el espíritu, fue todo uno.

Tales entidades son llamadas también "espíritus pitónicos" (pneuma pythona) pues en el griego antiguo "adivinación" sería pythōna. De ahí el nombre de los adivinos pitonisas (pythonissa), además, palabra que originalmente significaba mujer que adivina lo que viene, aludiendo a las sacerdotisas de Apolo encargadas de los oráculos. Este concepto proviene del temido dragón ctónico (ser del inframundo) denominado Pitón o Phyto en la misma mitología greca, custodio del famoso Oráculo de Delfos y de la Fuente de Castalia, al que Apolo dio muerte poco después de haber nacido. A pesar de su corta edad, Pitón era aterrador: tenía la forma de una serpiente monstruosa y voraz (de ahí el nombre común dado a un género de ofidios), devoradora habitual de hombres y animales de gran tamaño. En cuadros y grabados del período de la Edad Media luce también como un monstruo quimérico, con algunos rasgos de jabalí, tortuga o dragón, con brazos terminados en garras y alas.

El Pitón de la mitología era un engendro hembra en sus primeras descripciones como la propuesta en los "Himnos" que la creencia atribuye a Homero, del siglo VII y VIII antes de Cristo. Posteriormente, autores como Simónides de Ceos lo describen como un dragón macho. En las "Fábulas" del cronista y escritor Higinio, en el siglo I antes de Cristo, se agrega que los huesos de Pitón fueron colocados en caldero dentro un altar por Apolo, quien levantó encima un templo y decretó en su honor realizar los llamados Juegos Píticos. Su significación mitológica y relación con el oráculo lo cristalizaron como una entidad identificada con espíritus proféticos o "de Pitón", en consecuencia. Así lo señala, por ejemplo, "The New Testament of Our Lord and Savior Jesus Christ in the original Greek" del canónigo de Westminster, Christopher Wordsworth, hacia mediados del siglo XIX:

La Pitón era la serpiente profética en Delfos, el centro y foco de la adivinación pagana. La Pitón dio su nombre y lugar a la deidad profética del mundo pagano. El sucesor de la Serpiente de Delfos era Pitón Fobos o Apolo. Y desde él todos los que reivindicaban los poderes de adivinación recibían su título, y eran llamados pitones.

"Apolo mata a Pitón", grabado del catalán Virgilio Solis para una edición de 1581 de "La Metamorfosis" de Ovidio.

De haber alguna relación con Pitón, entonces, el personaje Pitonio viene a ser la representación esencial e infernal de aquellos seres malignos facilitando las artes adivinatorias, aunque no queda claro si su naturaleza es la de un demonio íncubo o de un mero espíritu maligno intermediario entre los hombres y reino del averno. En su novela "El testamento de Abraham", por ejemplo, el escritor rumano-alemán Igor Bergler lo señala como otro demonio a la altura de los más importantes caudillos y jefes del Infierno.

En su caso, Pitonio goza además del don de la transformación, pudiendo imitar la imagen de otras personas. Podemos argüir como ejemplo el escandaloso juicio realizado por la Inquisición Española contra la abadesa Magdalena de la Cruz en 1546: acusada de haberse investido falsamente de santidad por sus milagros y precisas adivinaciones inducidas secretamente por un pacto diabólico, mencionó a Pitonio como "amigo" y asistente del demonio principal con el que realizó el pacto correspondiente, llamado Balban. El espíritu aparece actuando como una suerte de representante y secretario del mismo, por lo que contaría con su total confianza y una relación jerárquica directa. Como hacía también Balban, se le podía aparecer a la monja en la forma de toro, camello, ser negro y hasta de fraile de San Jerónimo o de San Francisco.

En el mismo proceso del Santo Oficio sor Magdalena admitió que Pitonio tomaba su propia forma y la suplantaba en el convento, para que ella pudiese salir del mismo violando las restricciones del claustro sin que las demás monjas advirtieran su ausencia. De acuerdo a tal confesión, en estas escapadas, en las que incluso estuvo de paso por la ciudad de Roma, buscaba enterarse de algunas noticias o planes importantes que involucraran a la Iglesia para después volver a Córdoba e impresionar a todos con la certeza de la información que manejaba. mucho antes de que llegaran hasta allá las noticias. Por esta razón, la mujer fue condenada a permanecer de por vida en el cautiverio del convento franciscano de Andújar.

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