BADARIEL, EL PRÍNCIPE VIGILANTE
Ilustración de Badariel, tomando por base la interpretación gráfica que hace de él Hohbacher en el sitio Angeology Wiki.
Badariel, también llamado Batariel, Batarel, Batel, Batriel y Batarial, hoy aparece mencionado en propuesta de la cultura popular como la literatura, las historietas y hasta videojuegos. No obstante, se trata de un personaje inscrito entre los más misteriosos y menos conocidos de los ángeles caídos protagonistas de la rebelión celestial del mito. El sufijo El al final de su nombre de origen hebreo y que significa "De Dios" nos anticipa, además, el alto grado que ocupó en los reinos divinos antes de sumarse a la fallida rebelión luciferina. Algunas fuentes aseguran incluso que era parte del Coro Angelical de los Poderes, encargados de mantener el orden del cosmos y las leyes espirituales.
Aunque el personaje no aparece en los textos canónicos del Antiguo o el Nuevo Testamento, su caso como ángel rebelado que después sufre castigo divino sustenta gran parte de las creencias ya antologías sobre los caídos con el adversario o Satán. El mito del castigo feroz también da cuerpo e inspiración al relato sobre las calamidades que se anuncia caerán sobre el mundo en el Apocalipsis. Algunas tradiciones más modernas asocian tmbién la creencia en este ángel caído con símbolos como el color azul y el elemento aire, así como le otorgan la representación del conocimiento, la comprensión o la razón en signo cabalístico del Árbol de la Vida.
La etimología de Badariel o Batariel no parece clara, sin embargo. Incluso se lo ha llamado Matriel en algunas transcripciones. Se cree que las raíces Batârêl y Matârêl podrían traducirse del arameo como Lluvia de Dios, versión observada por Michael A. Knibb en la versión etíope del Libro de Enoc, por ejemplo. El nombre quizá resulte también de la unión de las sílabas-conceptos herméticos Bad-Ari-El: en el "Diccionario Infernal" de M. Collin de Plancy, obra de 1842, encontramos a Bad, señalado como "Genio de los vientos y tempestades entre los persas y que preside al día veinte y dos de la luna", mientras que el nombre Ariel proviene del hebreo Ary-El, pudiendo traducirse como héroe, valiente o gigante de Dios. Otras interpretaciones suponen que Badariel puede ser de origen babilónico, Bathar-El, y significar Valle de Dios.
Poco se sabe de Badariel más allá de lo señalado en aquellos Libros de Enoc, controvertidos textos reconocidos por la Iglesias Ortodoxas de Etiopía y Eritrea, pero apartado de los testamentos canónicos por judíos, católicos y protestantes. En el tercero de estos libros aparece mencionado el ángel como uno de los siete príncipes de los siete cielos, junto a Mikael, Gabriel, Shatkiel, Shachakiel, Bakariel y Parchiel (Henoc Hebreo, 14-17), cada uno de ellos soberano de un ejército y con 456.000 miríadas de ángeles a su disposición. Según esta versión, Baradiel era es príncipe del Ejército Cielo Tercero o Shehakim, aunque las tradiciones judías y cristianas prefieren señalar como jefe del mismo al arcángel Hanniel.
Paralelamente, Badariel fue el 12° Vigilante de los 20
líderes que comandaron a los 200 ángeles caídos del mismo Libro de Enoc.
Sacrificó, así, una de las jerarquías más altas del Cielo descritas en las más antiguas
tradiciones hebreas, al acoplarse a la gran rebelión contra Jehová. Debe considerarse, pues, que los Vigilantes eran un grupo superior de ángeles encargados especialmente de
velar por la humanidad: la mitología asegura, además, que algunos de ellos bajaron a la tierra para enredarse
sexualmente con mujeres humanas de las que se enamoraron, dando origen así a la
infame y temida raza de los gigantes Nefilim. Este relato que ha sido de gran gusto y explotación para autores especulando sobre visitas extraterrestres en tiempos remotos, dicho sea de paso.
Como castigo a su temeridad, entonces, Badariel habría sido expulsado del Cielo y cayó olvidado en el cautiverio de los infiernos, ahora degradado hasta lo más bajo por semejante osadía. Según el Libro de Enoc, los Vigilantes alzados habían sido atados y arrojados a las profundidades de la tierra para volverse demonios, esperando allí el Día del Juicio Final. Su desdicha confirma, sin embargo, que Lucifer está lejos de ser el único ángel caído con rango de príncipe que se encuentra en el los reinos del destierro en los avernos.
Comentarios
Publicar un comentario