WÉNDIGO, EL MONSTRUO DE LOS BOSQUES
Wéndigo (Itaqua) en el manual del juego de rol "La Llamada de Cthulhu" basado en los relatos de H. P. Lovecraft , edición de 1990. Creación de Sandy Petersen con ilustraciones de Tom Sullivan.
Wendigo, Windigo o Wéndigo es un ser espiritual abominable y maléfico que adopta formas aterradoras al hacerse visible en el mundo de los mortales, principalmente en los bosques. Su leyenda es parte del folclore de tribus pieles rojas de Canadá y los Estados Unidos, como Nueva Escocia, la Costa Este, la Región de los Grandes Lagos y el Estado de Wisconsin, en donde equivale a lo que se reconoce como un demonio en la noción judeocristiana. El principal grupo en donde se gestó esta leyenda es de los algonquinos, en especial las tribus ojibwa y saulteaux. El espíritu puede ser uno o muchos a la vez, por lo que también se habla del Wéndigo como un tipo específico de seres malvados.
De acuerdo a investigadores como David Gilmore en "Monsters. Evil Beings, Mythical Beasts, and All Manner of Imaginary Terrors", el Wéndigo puede adoptar diferentes formas monstruosas y hostiles. Entre las descritas como más frecuentes, sin embargo, está la de un ser parecido a un ser humano con rasgos demoníacos, aunque también puede apoderarse de cuerpos de personas para actuar a través de ellos, con frecuencia atacándolos en sus sueños. La versión más popular lo retrata como un demonio depredador bípedo o cuadrúpedo, con el cráneo cornudo de un ciervo o alce en lugar de cabeza. Otras enfatizan lo ligero de andar y veloz que es, casi vaporoso y fusionado con el viento, por lo que cuesta mucho lograr observarlo.
Ciertas versiones describen a la misma bestia como un ser comedor de musgos con abundante de pelo blanco y muy corpulento, mientras que algunos criptozoológos han querido relacionarlo con los famosos Sasquatch o Pie Grande. Poseería también un terrible poder para someter y encantar llamado manitu, proveniente del Gran Espíritu o supremo creador reconocido por aquellos indígenas.
Lo más inquietante sobre Wéndigo es que no siempre se hace presente con un cuerpo
físico o reconocible: puede ser el viento que sopla las copas de los árboles o mueve sus ramas
más altas, o bien un susurro sonando como el nombre de su presa, siempre al acecho. Cuando se escucha el nombre de alguien desde algún lugar en lo foresta, la persona nombrada que cae en
una especie de hipnosis o posesión y sale presurosa hacia el interior de los bosques, en
donde desaparece para siempre. Algunas variantes de esta historia dicen que en
realidad este delirio no sería obra suya, sino del estado de locura que provoca
en la frágil mente humana esta clase de encuentros con un ser impensable.
Wéndigo según la versión publicada en las colecciones de la artista suiza Charlotte Ganz ("Flying With Dragons", Pinterest).
Wéndigo es un espíritu inmundo, caótico y destructor, con gustos necrófagos y antropófagos, por lo que su influencia provoca ira, dolor, delirio y muerte. De acuerdo a Robert A. Brightman en "The Windigo in the Material World", simboliza también comportamientos considerados tabúes culturales, como la codicia desenfrenada, la glotonería, el canibalismo, la disposición a cometer asesinatos o la incapacidad de saciarse. Incluso se habla en psiquiatría del Síndrome o Psicosis de Wéndigo para referirse a estados mentales perturbados en los que se desea comer carne humana o se tiene un miedo irracional a la posibilidad de canibalizar a otra gente. Grupos indígenas como los cree, ojibwa y assiniboine realizaban ciertas danzas ceremoniales llamadas wiindigookaanzhimowin que, con pasos graciosos, se practicaba en períodos de escasez de alimentos para recordar el peligro de Wéndigo y evitar la tentación de comer carne de otros hombres, por angustiante que fuese el hambre.
Ciertas leyendas señalan que el Wéndigo principal, primero de
todos con este nombre, fue un hombre mortal quien dio muerte y devoró el corazón
de su amada vengando su infidelidad pero, en lugar de complacer con este vil
acto su ira, su corazón se congeló y esto lo convirtió en un monstruo
desesperado por comer más corazones de personas. Otras narraciones del folclore
indican que era sólo un cazador quien, viéndose en urgencia de no morir de
hambre, se alimentó de la carne de otro hombre en un bosque, recibiendo como
castigo la maldición que lo convirtió en el monstruo. Para todos los casos, se
trasformó en un espíritu perverso y malévolo que, ya bajo la influencia cristiana, se identificó como ser infernal.
Las temidas apariciones de Wéndigo habrían continuado en los bosques y durante cada invierno boreal, así como se lo relacionaría con el frío y la hambruna. Siempre está buscando seres humanos para cazarlos y devorarlos, uno tras otro, porque nunca parecer estar satisfecho. También puede convertir en sus sirvientes o en seres con su misma identidad y maldición a quienes, por ejemplo, hayan cometido horror de practicar la antopofagia en crisis alimentarias o inviernos crudos, algo absolutamente prohibido en la ética y los escrúpulos de los pueblos algonquinos.
La leyenda de la criatura diabólica de los bosques ha inspirado muchas obras literarias y cinematográficas. En el género terror destacan los relatos "El Wendigo y otros relatos extraños y macabros" de Algernon Blackwood, e "Itaqua" de August Derleth, este último miembro del círculo de H. P. Lovecraft y aporte al universo de los Mitos de Cthulhu. Itaqua, apodado "El que camina en el viento" y "El Wéndigo", aparece allí como una deidad ártica y etérea controladora del viento, el frío y el hielo, pudiendo viajar por aire y que es adorado por una raza de caníbales llamados gnophkehs. Por su parte, el escritor Stephen King menciona a Wéndigo en su novela "Cementerio de mascotas", como la entidad rectora del camposanto micmac en donde los sepultados volvían a la vida pero llenos de maldad y sin alma.
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